domingo, 24 de noviembre de 2019

The Patchwork Path: A Quilt Map to Freedom




Hola Chicas! aquí estoy de nuevo un domingo más, con estas locuras que me encanta enseñaros respecto a nuestra pasión.
Hoy os quiero contar la historia de la pequeña Hannah, pero antes, nos ponemos un poco en situación respecto a esta historia.
En primer lugar es una historia o cuento  escrita por Bettye Stroud, e ilustrada por Erin Susanne Bennett publicado en 2005.
Esta ficción histórica  muestra a los lectores un momento muy difícil en la historia de los Estados Unidos, trata como habréis adivinado, el siempre espinoso tema sobre la Esclavitud, y hace que los lectores piensen en lo difícil que fue para muchas personas escapar y ser libres.
La pequeña protagonista cuenta cómo le duelen los pies por las largas caminatas, y cómo a menudo hace mucho frío, aunque la autora no es demasiado descriptiva en algunos temas, cómo lo horrible que verdaderamente fue aquella situación, seguramente  para atraer a un público joven. Los que hemos leído Raíces, La Cabaña del Tío Tom, Norte y Sur, etc. vemos en esta ficción, que Hannah y su padre no tuvieron ni vivieron conflicto alguno, dado que fueron de Georgia a Canadá como esclavos fugitivos, lo que parece poco realista, ya que el viaje, además de ser demasiado largo, implica muchas vicisitudes, y podrían haber sido capturados y asesinados en cualquier momento.

Otro punto a tener en cuenta es el Quilt, una colcha realizada expresamente con símbolos que conforman un mapa hacia la libertad, los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el papel real que jugaron los bloques de edredones, sobre el “underground railroad” traducido como “ferrocarril subterráneo” aunque más bien se refiere a las personas que viajaban en los bajos del ferrocarril, en compartimentos estrechos que ocupaban el suelo de los vagones, con pequeños orificios para poder respirar.
Pero cómo en todos los pueblos, las historias orales que pasan de padres a hijos, continúan apareciendo bien en forma de cartas olvidadas, artículos de prensa antiguos, libros viejos de apenas edición de los que no se tiene constancia, etc…
Una nota de la autora, cita como inspiración para esta historia, un libro de 1999. En Hidden in Plain View (Oculto a simple vista). Donde la historiadora Jacqueline Tobin y el erudito Raymond Dobar, nos muestran la primera prueba de que ciertos patrones de colchas, incluido uno prominente llamado “Charleston Code”, eran, de hecho, herramientas esenciales para escapar a lo largo del ferrocarril subterráneo.
De esta manera cuando nosotras ahora copiamos un bloque para realizar un proyecto, estamos homenajeando a aquellos que lo digamos “inventaron” para salvaguardar sus vidas.
Los Códigos que lleva la pequeña Hannah en su colcha son;


Monkey Wrench: al que nosotros llamamos, “rueda de la mantequera” pero su nombre es “llave inglesa” nada que ver con la que conocemos todos, este código indicaba, reunir todas las herramientas que necesitarás durante el viaje, incluidas, las físicas, mentales y espirituales.

Shoofly : Identifica a una persona que puede guiar y ayudar.

Flying Geese: El dichoso vuelo de la oca, que no sé a vosotras, pero a mi me trae por la calle de la amargura, que me como picos, como si fuesen cuscurros de pan, este código indica que aquellos que escaparon durante la primavera deben seguir la ruta de las ocas o gansos que regresan al norte para el verano.

North Star: La estrella del Norte, preparados para escapar y seguir la estrella hacia la libertad, o sea hacia Canadá.

Drunkard´s Path: el Camino del Borracho, atención señal de advertencia para tomar un camino en zigzag, para evitar que las personas enviadas a recapturar a los esclavos y su rastreo con perros.

Bear´s Paw: La Pata del Oso, seguir una huella de pata de oso, lleva hacia la comida y el agua.

Log Cabin: La Cabaña de Troncos, mi bloque favorito por excelencia, indica la necesidad de buscar refugio.

Crossroads: Encrucijada, a veces lo llamamos cruzada a este bloque, se refiere a la ciudad de Cleveland, Ohio, puesto que desde ella había muchos caminos hacia la libertad.

Britches: Los Calzones, significa que los que escapan deben vestirse como personas libres.

Cómo podéis ver, todo lo que algunas sabemos sobre este mundo del patchwork no es nada, pues hay muchísimas claves, pistas, rastros y pasos que dar para comprenderlo bien.

Bueno y ahora os paso un poco la sinopsis del libro, ya sabéis que la protagonista es Hannah, una niña de diez años que es esclava en Georgia, junto a su padre, madre y hermana.

Justo en su décimo cumpleaños, la madre de Hanna le enseña a coser y comienzan a trabajar en un Quilt, con un significado especial, pues esa colcha es todo lo que necesita saber la pequeña, para recorrer el camino hacia la libertad. Poco después la madre de Hanna muere, y el “amo” vende a su hermana.
Es entonces cuando su padre y ella deciden subirse a un carro y viajar hacia una iglesia cercana donde los escondieron bajo las tablas del suelo, hasta que volvió a caer la noche.

Partiendo de nuevo, Hanna con su colcha fue buscando todos los símbolos, vio las huellas de un oso, y se dio cuenta de que eran las mismas que ella y su madre habían cosido, por lo que supo que debía seguirlas, estas les llevaron a la encrucijada, donde encontraron a una familia cuáquera que estaba en contra de la esclavitud. Vistieron a Hanna y a su padre como si fuesen esclavos libres que iban a la iglesia.
Después siguieron el sendero de los borrachos, un camino en zig.zag, que siguieron por la noche con ayuda de las estrellas. Por la mañana cruzaron un gran río en bote y Hanna y su padre llegaron a salvo a Canadá.

Cómo podemos apreciar, el Quilt no solo fue un recuerdo maravilloso de la madre de Hanna, si no que se convierte en una tierna y conmovedora historia de coraje, determinación y esperanza, que sirve como lección de la historia afroamericana.

Bueno si os preguntáis si los libros, están en Español, lamentablemente no los he encontrado, sé que los dos están en Amazon, pero su versión es Inglés, y os lo digo por experiencia es un latazo ir traduciendo la lengua de la Pérfida Albión, en serio, agotador… pero si se os da mejor que a mi, adelante, su lectura será estupenda, además de que uno es ilustrado y el otro tiene fotografías, ilustraciones de Quilt y bloques maravillosos.


En otro orden de cosas, pues daros las gracias a todas y cada una, por las muestras de cariño y la preocupación de mi operación del martes, deciros que todo salió bien, la anestesia fue complicada, pero ya estoy casi repuesta del susto, de los dolores, y de todo lo que conlleva una intervención. Gracias a dios, los nódulos no eran cancerígenos, pero me los han extirpado por prevención, no estoy medicada más allá de mi medicación habitual, tengo que ir a consulta dentro de un mes, asi que espero que me digan que me olvide para siempre del tema… así que ,con amor y alegría… os deseo Feliz Día…

domingo, 17 de noviembre de 2019

Constance Mayer…



Hola Chicas, un domingo más aquí estoy para contaros otra de esas historias fantásticas, desconocidas por muchos, y que pasan desapercibidas por la vida, hasta que una de repente se “ tropieza” con ellas, y se pregunta, porqué esta historia no es más conocida???; mi respuesta siempre es la misma, “ en un mundo de hombres las mujeres tenemos que hacer mucho ruido para que se nos tome en cuenta”…Constance fue una de esas mujeres.
Constance nació en 1775 en Francia, fue una pintora de retratos, temas alegóricos, miniaturas y obras de género, tuvo una carrera brillante, aunque muy amarga, también un amor verdadero pero qué acabó en tragedia…pero su historia no la escribió ningún Shakespeare.
La pequeña Constance era hija de un exitoso funcionario del gobierno Francés, ella pintaba escenas de género y retratos desde una edad temprana, a los 20 años empezó a adoptar un estilo de pinceladas más suaves y a realizar escenas sentimentales, pues había tenido unos buenos instructores, Joseph Benoît Suavée y Jean Baptiste Greuze.
Después de la Revolución Francesa, la sociedad se instaló en un estilo de vida más tranquilo en el que las pinturas en miniatura y los retratos, se hicieron muy populares.
Constance pintó retratos de mujeres y niños, escenas familiares, autorretratos y miniaturas de su padre, logrando así cierto grado de éxito.

Sensible al punto de vista de las mujeres artistas, Constance presentó su trabajo como estudiante de sus maestros antes nombrados, para que fuesen más aceptables para el público. También trabajó en el estudio de Jacques Louis David en 1801, y adoptó un estilo directo simple bajo su tutela, pero aún representaba escenas sentimentales. A partir de 1802, Conoció a Pierre Paul Prud´hon y comenzaron una tortuosa relación.
En muchos sentidos, había más como compañeros qué cómo amantes, habían expuesto en el salón y a diferencia de Prud´hon, ella había recibido una mejor educación en arte.
Prud´hon fue elegido para pintar un retrato a la emperatriz Josephine esposa del Emperador Napoleón, entonces la esposa del pintor en un ataque de celos, afirmó que este estaba teniendo una aventura con la emperatriz. La esposa de Prud´hon fue detenida en un asilo (un psiquiátrico donde pasó el resto de su vida, y milagro que no le cortasen la cabeza por decir tamaña temeridad). Entonces Prud´hon recibió la custodia de sus cinco hijos.
Tiempo después, el artista se “separó” de su esposa, y el emperador le dio un apartamento en la Sorbona, Napoleón que también le había comprado varias obras a Constance, también le dio una apartamento allí, así de esta manera desempeñó un papel cómo asistente de Prud´hon, crió a los cinco hijos de este y se convirtió en “su alumna” favorita.
Retrato de la Emperatriz -Prud´hon
Desde 1804, las obras de Constance y Prud´hon, tuvieron un gran reconocimiento, siendo los artistas elegidos por Napoleón, frecuentaban la corte imperial y recibían numerosos encargos.
En mayo de 1821 la esposa de Prud´hon murió, desde su lecho de muerte, hizo prometer a su marido que jamás volvería a casarse y el artista, acaso obligado por una fidelidad mortuoria o por piedad hacia la tranquilidad de la moribunda en el más allá, accedió al juramento.
Este hecho provocó una crisis en la vida de Constance, él, además negó reconocer su ayuda después de los muchos años que ella le había dedicado, como asistente, alumna, ama de llaves y amante… entonces ella cogiendo la navaja de afeitar del artista, se la pasó por la garganta (a ella, no al artista, lo que hubiese sido más acertado bajo mi punto de vista). Dicen que él se quedó un poco “tocado” muriendo dos años después en 1823.
Vivieron juntos, trabajaron juntos y están enterrados en la misma tumba del cementerio Pére Lachaise.


Como a menudo a pasado y aunque nos parezca mentira aún pasa, mujeres artistas que se asociaron con otros artistas masculinos más conocidos, se afirma que ella no produjo todo el trabajo que se le atribuye y debido a su larga y estrecha relación con Prud´hon, todavía no se sabe exactamente qué obras pintaron uno o el otro.
Todavía a día de hoy se alienta la sospecha y se difunde la infamia. La obra “The Sleep of Venus and Cupid” (el Sueño de Venus y Cupido) pintada por Constance Mayer en 1906, que es además una de las más conocidas, pertenece a la Wallace Collection inglesa, que anota desde su web que “la idea inicial del cuadro” es de Prud´hon, éste dejó la ejecución a su alumna y querida, la cual se limitó a imitar deliberadamente el estilo de su amante.
"The Sleep of Venus and Cupid”
Vamos unos graciosos estos entendidos en pintura, esto nos da la seguridad que los prejuicios no han cambiado absolutamente nada en doscientos años.
En 1812, cuando Constance Mayer presentó en público su cuadro “L´amour séduit l´innocence le plaisir l´entraîne le repentir suit” (El amor seduce a la inocencia, el placer lo derriba, el arrepentimiento sigue) un crítico escribió “una mujer debe limitar sus actos a pintar unas flores o a dibujar sobre el lienzo los rasgos de sus queridos padres. Ir más lejos es mostrar una naturaleza rebelde, es violar las leyes de la decencia”. Toma ya la frasecita del señor crítico del “Cromagnon”.
 “L´amour séduit l´innocence le plaisir l´entraîne le repentir suit”
Cómo os he dicho antes los pormenores de esta singular pareja de artistas merecen al menos una ópera de calado dramático (qué frase más absurda, por qué todas las óperas son dramáticas, pero queda bien).
Tras la muerte de Proud´hon, sus hijos (ingratos) borraron las huellas de Constance Mayer, que no tenía herederos (había dedicado su juventud a cuidar a esta panda de egoístas) lo hicieron literalmente, suprimiendo la firma de la mujer de los cuadros y los colocaron en el mercado atribuyéndose a su padre.
La Similitud de estilos, la pareja trabajó siempre en hermandad, en ocasiones el uno terminaba el cuadro que había comenzado el otro, y la segregación femenina hicieron el resto; Constance Mayer se convirtió en un fantasma.

Por eso su historia, merece ser leída, y recordada, sus cuadros admirados, y sobre todo la consideración  de todas las mujeres que luchamos día a día de una manera o de otra por qué nuestros logros sean incluidos en la historia.

Agradeceros nuevamente a las que semanalmente me seguís en estas locas historias de las que nadie habla, también los ánimos y las palabras de aliento que me habéis dedicado para mí incursión del martes en el quirófano, espero estar el domingo que viene y muchos otros para contaros otras historias locas… besos!!!

domingo, 10 de noviembre de 2019

El Club de las Abejas…



Hola chicas, un domingo más con vosotras, pero no un domingo cualquiera, es 10 de noviembre y nos toca ir a votar, otra vez, no me imagino yo a nuestras antepasadas que tanto lucharon por ejercer este derecho, ir a votar cada seis meses, a este paso, vamos a ir al Colegio más que cuando éramos pequeñas, en fin, es la vida, yo reflexionar he reflexionado poco porque total , para cabrearme es tontería, así que “ al turrón” o sea a lo nuestro.
Hoy vamos a dar una vuelta por el mundo del arte pictórico, de los clubes de abejas, y del patchwork que tanto nos gusta.

Aquí en España de toda la vida, las mujeres sobre todo en verano se sentaban a la hora de la siesta, en la calle, a bordar, repasar ropa etc. chismorreaban y escuchaban las radionovelas, tengo recuerdos de infancia, enredando en las latas del Cola Cao que hacían la función de costureros, revolviendo entre los hilos, botones, cintas, encajes, el huevo de madera de zurcir los calcetines, las enormes agujas de coser los colchones…mientras el murmullo de las mujeres hablando de fulanita, que estaba otra vez “ en cinta” o del marido de menganita que le habían “pillado” con la hija de zutano y se había liado la de San Quintín, a todo esto si alguna intuía, que estábamos escuchando, decía aquello de “ Callaros, que hay ropa tendida”… el eco de las radionovelas resonaba entre los patios y las callejas, Lucecita, Simplemente María, Ama Rosa… hay que ver qué memoria tengo para algunas cosas y luego no me acuerdo ni lo que desayuné en la mañana… En fin que me disperso, aquí no había clubes de abejas como en Estados Unidos, ni recuerdo que nadie se juntasen para hacer la colcha de novia de nadie, cada novia se solía hacer su propio ajuar.

Un club de abejas, no es ni más ni menos que más de una mujer, haciendo una misma labor, principalmente una colcha, y si es de patchwork mejor…en la mayoría de los casos, una sola persona o varias, realizaban previamente el top, y luego dedicaban una jornada o dos a acolchar entre todas.
 Si se juntaban muchas pues se terminaba enseguida, si lo hacían dos o incluso una sola pues obviamente tardaban más…muchísimos artistas han plasmado en sus obras esta maravillosa práctica, llegando hasta nuestros días extraordinarias muestras de este arte familiar.
Uno de estos artistas fue Enoch Wood Perry (1831-1915) Boston, Massachusetts.

En el cuadro The Two Sewers (A Quilting Party), 1875, Aquí hago un receso, no se os ocurra traducir, The Two Sewers porque, literalmente son “dos alcantarillas”, que algunas veces con el inglés me entra una risa, que para qué.
Bien, en este magnífico y maravilloso cuadro, podemos apreciar a dos mujeres, una más joven y otra mayor, acolchando un top.
Si le enseñamos la imagen a alguien jovencillo, rápidamente nos dirá que la chica de la imagen, está hablando con un auricular o ajustándose unos audífonos, por el contrario, lo que la joven está haciendo, es cortando el hilo con los dientes, por lo cual tiene el brazo alzado con el carrete de hilo en la mano, mientras seguramente está sujetando el otro extremo con la otra mano… es muy curioso esto de mirar cuadros en perspectiva, el personaje de más edad, está concentrada en su trabajo, tal y como lo vendría haciendo a lo largo de gran parte de su vida…
Esta pintura también es un poco “mágica”, que sostiene el gran marco con la colcha???, parece que esté como levitando verdad???

 Bueno cambiamos de cuadro, pero no de autor, Girl Quilting, 1885, aquí los entendidos en la materia, dicen que la parte superior de la colcha, es históricamente precisa.
Es decir en la post guerra de secesión americana ese dibujo se conocía al igual que el marco que la sostiene.

Pero porqué la barra y el pasador están en diagonal ¿? Cuando lo más fácil y práctico es que descanse sobre la otra barra en línea Recta?¿ Otro enigma que descifrar.



Tercer cuadro, mismo autor, este no he encontrado ni el nombre ni la fecha, representa a una mujer mayor, acolchando, el cuadro lo dice todo por  mismo, sorprendentemente la barra también está colocada en ángulo.

 Cambiamos de cuadro y de autor, Morgan Weistiling, es un autor contemporáneo (1964), sus obras están llenas de nostalgia por la América rural del siglo 19, pero como muchos artistas se toma sus “ licencias”, por ejemplo el dibujo de la colcha no se corresponde con la época que se pretende representar, es una de las cosas que los historiadores se dan cuenta, yo lo sé porqué lo he leído, no penséis ahora que soy una erudita en la historia de los Quilt, me gustaría, pero no, soy una lectora de cosas raritas…Es una escena preciosa, donde el único hombre que aparece, está ajeno a toda la escena, supongo que los demás si los hubiese, estarían haciendo algún granero o algo practico hasta la hora de comer o jugando a la herradura vete tu a saber. El niño que juega por debajo de la colcha, da un poco de repeluses, la verdad. Otra colcha que parece que esté flotando por qué solo aparece una vara apoyada en una silla un tanto desvencijada a la izquierda de la imagen…

 Edgar Melville Ward,  (1839-1915) Quilting Party, 1892 en esta escena el artista realmente a estado atento al modelo real, el dibujo se corresponde con la época, el caballete está apoyado sobre cuatro patas, la luz que ilumina la estancia es la propia para poder acatar esta labor.



Henry Mosler's (1841-1915) Quilting Bee, 1890, esta obra representa un evento del siglo 18. Hay alguna complejidad en la obra por ejemplo a la izquierda, es la silla la que sujeta el marco o es este el que realmente sujeta la silla??? Por otra parte a la derecha la señora de cierta edad, sentada en un sillón de brazos, donde parece que están sujetas las varas del marco, podrá moverse??? Es una postura bastante incómoda para estar un buen rato cose que te cose… además la luz tampoco parece que acompañe, con todo y con eso, es un cuadro precioso.

 Quilting 1864 Sanitary Fair, ignoro quien es el autor de este boceto, que representa una “feria sanitaria” o lo que es lo mismo, unas damas, se juntan para elaborar un quilt de caridad, o bien para una rifa, o para una persona necesitada… no tengo nada que decir, la escena en conjunto me parece una pasada, lástima de no tener imágenes del cuadro.

 La siguiente obra es de Pauline Jackson, una pintora contemporánea que representa un “Fiesta Quilting” alrededor de 1955, una gran sala, con chimenea, aquí los hombres si tienen su protagonismo, incluso hay uno enhebrando una aguja, otro joven al piano para amenizar la velada, niños revoloteando por todas partes y una colcha preciosa, que no sabemos quien de las presentes será la afortunada en utilizarla, el marco reposa sobre soportes resistentes y las sillas están bien colocadas para que la labor se realice sin problemas.

 The Quilting Bee de Anna Mary Robertson (1940) más conocida cómo Grandma Moses.
Bueno esta pintora para mi gusto aunque Naif, es un tanto infantil, los espacios reales no los representa, la sala demasiado llena, el marco de acolchado y la mesa del comedor parece sostenerse de igual forma, la mezcla de comida con la labor, no me parece la adecuada, pero supongo que ahí radica el encanto de esta pintora.

 Por supuesto cada artista se toma como he dicho antes su licencia artística, tanto pintores, escritores, escultores etc. Tenemos el ejemplo de Faith Ringold, pintora, escritora y activista americana, en este cuadro, ha invitado ni más ni menos a Vincent Van Gogh y claro tantas abejas obreras, con tantos girasoles, al final la colcha parece una alfombra mágica, pero ahí se establece el vínculo, artista, cuadro y observador.

 Bueno y para terminar, un Double Wedding Ring, de la mano ni más ni menos que del refresco Coca Cola, aquí la mejor postura del artista es centrarse en el edredón e ignorar la mecánica, no sabemos cómo está sujeto, pero si sabemos lo precioso que es y que tiene “chispa de la vida”…


Eso es todo por hoy nenas, no olvidéis ir a votar, es algo muy importante el próximo día más y mejor (espero).

domingo, 3 de noviembre de 2019

La máquina de coser…sewing machine en inglés…


 

 

Hola chicas ya estamos en noviembre y parece que no, pero hace un mes, que retome la sana costumbre de publicar ciertas cosas que me llaman la atención y que voy recopilando, no se sabe bien porqué razón, quizás para escribir un libro, o una gran enciclopedia de la costura, o quizás simplemente para transmitirlas en este humilde rincón donde me visitáis.
El tema de hoy es la imprescindible y valiosísima máquina de coser;


La mayoría de nosotras nos hemos criado con este utensilio doméstico en casa, bien porqué nuestras abuelas y madres lo tenían, bien porqué nosotras mismas lo utilizamos, la máquina de coser ha tenido una evolución sorprendente y ahora cada vez son más precisas y sofisticadas, pero…quién no conserva la vieja máquina familiar o se ha comprado una en algún mercadillo?
Yo personalmente tengo varias, una pequeña  de 1880,  dos de juguete de los años 70, y la típica Singer, de cabeza negra y dorada  que es la usualmente conocemos.
Hace poco leí un artículo precisamente sobre Singer, y su “revolución” en el mundo de la costura, pero antes de que esta empresa, se hiciese con el mercado, la máquina de coser tuvo otros protagonistas.


Entre las tareas domésticas más pesadas y en las que más invertía su tiempo una mujer, era precisamente coser… todo se cosía a mano, sábanas, vestidos, cortinas, toallas, y todo tipo de menesteres textiles, que con los años se fueron añadiendo a los hogares… las personas más pudientes tenían a sus propias costureras así cómo lavanderas, y planchadoras, las mujeres hilaban, tejían, bordaban y cosían todo el ajuar textil de su familia y quitándose horas de descanso y sueño, también para quien pudiese pagarles por ello.


En 1830, un francés llamado Barthélemy Thimonnier, diseñó y fabricó una máquina de coser, recibiendo un encargo del propio gobierno francés para producir uniformes para el ejército. Pero pasó que los sastres, vieron que esta invención arruinaría sus negocios, igual  que se quedarían sin trabajo para su sustento, a si que ni cortos ni perezosos, se las ingeniaron para destruir las máquinas en 1831…

El diseño de Thimonnier, en cualquier caso, inició un principio de mecanización de la costura a mano.



 Alrededor de 1832-1834, Walter Hunt, un estadounidense en la ciudad de New York, materializó esta idea de mecanizar la costura a mano, en una máquina con aguja curva con punta de ojo, que se movía en un arco mientras transportaba el hilo a través de la tela, en el otro lado del cual se enclava con un segundo hilo transportado por una lanzadera que funcionaba de ida y vuelta en una pista. El error del señor Walter Hunt, fue no patentar su invento.


En 1846, Elias Howe, un inventor también estadounidense, patentó, una máquina con los mismos principios que la inventada por Walter Hunt.
Elias Howe, nació en 1819, en Spencer, Massachusetts, y a lo largo de su vida fue mecánico e inventor, desde niño estuvo interesado por las máquinas, aprendió el oficio de “maquinista” lo que ahora sería un Técnico de mantenimiento, y trabajó en una fábrica de Algodón. (En la revolución industrial, hilar el algodón y las desmotadoras, fueron piezas clave).

Viendo sus dotes para la mecánica, algunos le sugirieron la idea de que inventase una máquina de coser, pues el que lo hiciese ganaría una gran fortuna. Durante los cinco años siguientes Howe pasó todo su tiempo libre en el desarrollo de una máquina de coser práctica y se le otorgó su patente como he dicho antes en 1846.
Pero los sueños de fama y fortuna no acompañaron a Elias Howe, en Estados Unidos, no tenía gran éxito su invento, y se trasladó a Inglaterra, donde vendió los derechos de su patente para ese país por £ 250 ($ 1,250)
 
Máquina de coser con punto de cadeneta inventada por Elias Howe

Ya en Inglaterra trabajó duramente por £ 5 a la semana en perfeccionar una máquina para coser cuero y materiales similares. Antes de que su situación financiera empeorase aún más, logró enviar a su familia de vuelta a los Estados Unidos. Cuando regresó totalmente indigente, encontró a su esposa moribunda, años de desilusión y desánimo le siguieron, descubrió que, mientras él estuvo en el extranjero, las máquinas de coser se fabricaban y vendían ampliamente por lo largo y ancho de Estados Unidos violando así los derechos de su patente.

 Claramente la máquina de Howe, había sido considerablemente copiada, lo que condujo a un extenso litigio de patentes, finalmente  Isaac Merrit Singer, que era el mayor fabricante, llegó a un acuerdo con los abogados de Howe, pagándole a este desde 1854 hasta la expiración en 1867 una prebenda por la utilización de su patente.

En 1860 se fabricaron más de 110.000 máquinas de coser solo en los Estados Unidos.


Desde entonces existen, han existido, y existirán supongo, cientos de marcas y modelos.
En principio dorada y negra, modelos que se “escondían” en sofisticados muebles para el hogar, bien con una caja, que tapaba la cabeza de la máquina, bien con una cabeza que se bajaba convirtiendo esta en una práctica mesa, o también en un mueble que escondía la máquina completa, no sirviendo este nada más que de adorno.
En los primeros años, la máquina de coser era un lujo que solo se podían permitir unos pocos, las mujeres aprendían en talleres, o en fábricas que se prodigaban por todas partes, pero a pesar de todo, las mujeres siguieron cosiendo, ahora más rápido, y con una herramienta que le ayudaba completamente, pronto la máquina no sólo cosía , también bordaba, sábanas y ajuares se hicieron en un abrir y cerrar de ojos con este instrumento, millones de mujeres en todo el mundo la emplearon para realizar sus vestuarios, lo de sus familiares, y también para vender.


De las muchas marcas antiguas, me llaman la atención especialmente dos, Opel y Peugeot, nombres que asignamos comúnmente a la automoción, pero que empezaron sus andanzas en la mecánica, entre otras cosas con máquinas de coser.


Entre la primera Singer, y supongo la última que acaban de poner en el mercado, por qué esta empresa nunca ha dejado de fabricar máquinas de coser, han pasado unos ciento setenta años más o menos, pero la “magia” de poder coser con una de ellas no ha menguado… muchas de nosotras cosemos por placer, cuando nuestras antepasadas lo hacían por necesidad, pero no podemos olvidarnos ni perder esta habilidad porqué ellas, todas, nos enseñaron, que con paciencia, hilos, unas telas, y un poco de destreza, podemos hacer maravillas…




Un besote para todas, y que paséis un feliz domingo otoñal.