Érase una vez, una niña de un pueblo de Toledo, que soñaba con un vestido de retazos y un amplio gorro que le cubriese toda la cara… para que nadie pudiese ver su rostro ni su expresión triste o alegre…
Si, habéis adivinado, esa niña era yo… y quería parecerme a las muñecas, Holly Hobbie, que ilustraban unas preciadas tarjetas, que alguien me regaló.
Nunca tuve la suerte de tener la muñeca de trapo, pero creo que fue, mirando las ilustraciones de Holly, cuando nació mi amor por el patchwork, aunque he tenido que esperar muchos años para poder aprenderlo (y en ello sigo, que este arte nunca se acaba de aprender del todo) pero a veces miro hacía atrás y creo recordar a la niña soñadora, que jugaba con los trapitos del cesto de costura…
Muchas de vosotras, que sois de mi edad (más o menos) cuando erais pequeñas, habréis tenido cosas de Holly Hobbie, yo como he dicho tenía unas postales, pero había cantidad de productos de la pequeña “pionera”… Por aquel entonces hacía furor en la TV. la famosa serie “La casa de la Pradera” y todas nos imaginábamos ser como las protagonistas…
Ahora cuando estoy a punto de cumplir medio centenar de años (me queda poco en mayo me caen) echando la vista atrás, me vienen estos maravillosos recuerdos de mi infancia, cuando la vida era sencilla, las niñas aprendíamos cosas de niñas, y los niños cosas de “niños” y a pesar de que soy una luchadora incansable por los derechos de la mujer, siempre me he sentido orgullosa de saber hacer un montón de cosas de las llamadas “de chicas”… Holly era una inspiración, para cocinar, para escribir, para leer, para pasear, hablar con las amigas, cuidar a los animales… muchas niñas pequeñas, tanto en España como en Estados Unidos, estábamos encantadas con el maravilloso mundo de este pequeño personaje un poco pasado de moda.
¿Cómo una pequeña muñeca de trapo se pudo convertir en un best-seller?
La pequeña pionera del vestido de retazos, se volvió tan famosa que hasta los diseñadores de moda como Laura Asheley la tomaron como inspiración… largos vestidos color pastel, flotando alrededor de la figura femenina… pero la moda no fue el único campo donde Holly había triunfado, vajillas, ropa de cama, muñecas y muchas cosas coleccionables (y si me permitís la expresión un poco inútiles algunas de ellas) llevaban las ilustraciones, de nuestra pequeña amiguita… Cosas que hoy en día se están vendiendo por precios astronómicos en sitios de subastas como Ebay…
La autora de estas maravillosas ilustraciones, fue Denise Holly Ulinskas, tomando el apellido Hobbie cuando se casó en la decada de los sesenta. Estas ilustraciones, pronto fueron distribuidas, en forma de tarjetas postales por todo el mundo convirtiéndola en una de las muñecas más populares de la historia.
Pero como todo en esta vida, Holly evolucionó con los tiempos y se convirtió en una niña “moderna” los vestidos de retazos se cambiaron por pantalones vaqueros y camisetas sin tirantes, mientras que su gracioso “ Bonett” era sustituido por una gorra o por un gran sombrero de paja, pero su esencia perdura, y su amor por las cosas simples, amasar un pastel de manzana, pasear en bicicleta al atardecer, recoger flores en primavera… una vida, que sinceramente siempre he envidiado, añoranza de esa época o quizás añoranza de mi infancia… sea como sea espero haber podido haceros pasar un rato divertido poniendo un capítulo más en la gran historia de nuestro vicio confesable, “ el patchwork”…