domingo, 20 de octubre de 2019

La Aguja; nuestra espada en la lucha.


La Aguja; nuestra espada en la lucha.



Hola chicas, una semana más os doy un poco la brasa con uno de mis escritos, hoy reivindicaciones y sobre todo por que tienen que ver con este maravilloso mundo de hilvanar historias y hacer punto con los hilos de la vida .
La relación del bordado y la costura respecto a la historia con las mujeres pone de manifiesto dos cosas importantes, se emplearon como herramientas para educarnos, indiscutible para las que tenemos cierta edad, recordamos una infancia de tardes sentadas entre mujeres de la familia y vecinas, cosiendo, bordando, tejiendo, remendando… pero cómo mujeres que somos, e inteligentes, con el tiempo las utilizamos como armas para luchar contra la opresión.
La semana pasada os puse unos ejemplos de grandes mujeres que bordaron banderas.
Años después, aquellas que pedían el Voto Femenino, y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, a las que se les conoce con el nombre de “sufragistas” (de pequeña os juro que pensaba que era un insulto), bien, estas heroínas, porqué no se las puede nombrar de otra manera, bordaron sus banderas, pancartas y estandartes con consignas que empleaban en sus protestas callejeras, por lo tanto estas prácticas textiles consideradas artesanales y domésticas que venían a reforzar el ideal de femineidad, fueron subvertidas por aquellas luchadoras y empleadas para atentar contra ese mismo ideal femenino.


No sé si os suena el término anglosajón, “Craftivism”, Viene a ser algo así como “El arte de protestar con aguja e hilo”.
En el año 2003, la escritora Betsy Greer utilizó esta palabra por primera vez para referirse a una forma de activismo que se ejerce mediante lo hecho a mano.
Hoy se recurre a ella para hablar de un movimiento que utiliza la aguja y el hilo para denunciar injusticias y crear conciencia en nuestra sociedad.
Puntada a puntada, el “Craftivism” pretende crear un mundo mejor. Es una forma muy contemporánea de entender la sociedad y alzar la voz con dos herramientas esenciales; aguja e hilo.

Por esta razón, aunque el Vínculo con la palabra y las Sufragistas es inexistente obviamente porqué hay más de cien años de diferencia, pero cómo ellas utilizaron en sus manifestaciones públicas elementos tejidos a mano de color violeta (color que hoy representa una serie de colectivos activistas por la paz, los derechos de la mujer etc...) tienen ese “vínculo especial y ellas fueron sin lugar a dudas las precursoras de este movimiento.

Una imagen icónica es la de Emmeline Pankhurst Goulden, con sus agujas e hilo entre rejas en la cárcel Holloway.



Aunque pasa el tiempo, hay circunstancias que no cambian, así a finales del siglo XX, las lanas, agujas e hilos vuelven a ser protagonistas de diferentes protestas por todo el mundo.
Nos remontamos a Chile, durante los años 1973-1990, un grupo de mujeres que denominaron “Las Arpilleristas”, recogieron el dolor y el enfado ante la situación dramática que vivía Chile, bajo la dictadura militar de Pinochet.
Sus bordados denunciaban la desaparición de cientos de miles de personas, que tuvieron que huir del país, o que fueron asesinadas. Violeta Parra, cantautora, pintora y bordadora, fue una de las mujeres que tejió algunos de estos tapices.


 Avanzamos hasta 1982, cuando se produjo una protesta masiva, conocida como Grennham Common, en la que participaron más de 30.000 mujeres cubriendo la valla de defensa de Reino Unido con múltiples objetos personales, piezas tejidas a mano, lanas y pancartas con mensajes que expresaban su rechazo contra las armas nucleares.


Tres años después en 1985, esta vez en los Estados Unidos de Norte América, se celebró “ The Pentagon Peace Ribbon” ( La cinta de Paz del Pentágono), este evento, consistió en crear una gran pancarta con diferentes materiales textiles, hechos a mano por hombres y mujeres, que recorrió el camino desde el Pentágono hasta Washintong D.C. Con motivo del 40 aniversario de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki por el lanzamiento de Bombas Atómicas.


 Ya en 2001, Bard Hunt creó el proyecto “Antipersonnel”, con numerosos elementos realizados en crochet para denunciar la existencia de las minas antipersona.

Entre 2003 y 2008, Cat Mazza promovió “The Nike Blanket Petition”. Con esta acción pretendía reclamar mejores condiciones laborales para los trabajadores de Nike y creó una pancarta de “Grannies” que colocó en una galería en Estambul, muy próxima a las instalaciones de la empresa. También organizó “Stich for Senate”, otra acción que consistió en tejer pasamontañas y enviarlos al Senado de los EE.UU, supongo yo que para llamarles “atracadores” “Secuestradores” o maleantes en general aunque subjetivamente.

En 2006, Marianne Jorgesen realizó una manta compuesta por 4.000 cuadrados rosas de 15x15 con la que cubrió un tanque para mostrar su rechazo a la guerra de Irak.



Hay tantas y tantas muestras de este concepto a lo largo y ancho de la tierra, y a través de nuestra historia reciente que tendría para escribir varios y contundentes artículos, pero como siempre, no quiero cansaros, así que termino con uno de los movimientos que más impacto me han causado en la actualidad.

“…Sobre un pedazo de tela sostenido por un par de aros, una anciana borda el nombre de Vanessa López Atilano, seguido por el número 2016…”

Este escueto mensaje bordado en un pañuelo con hilos de colores, no significan otra cosa que el nombre y el año en que esta mujer fue asesinada a golpes por su ex pareja. Una Víctima de feminicidio que asola Veracruz.

 Este bordado y muchos otros lamentablemente, forman parte del proyecto “Bordamos la Memoria” iniciado por Luz del Carmen Carrillo, una joven costurera y Aymé Hernández, estudiante de la licenciatura de Derecho en la ciudad de Xalapa; dos jóvenes que decidieron recordar a todas las mujeres en el estado de Veracruz, a través de la costura.



Quién les iba a decir a nuestras abuelas y nuestras madres, que en el siglo 21, las técnicas tradicionales, como el ganchillo ( crochet), el punto a dos agujas ( knitting), el macramé, y la experimentación con diferentes hilaturas revivirían una edad de oro.
Pese a que casi todas ellas, son casi tan antiguas como la propia humanidad, ahora salen del ámbito privado, para recuperar un espacio único a los ojos de todos.
Un espacio lleno de color donde diferentes grupos con los mismos intereses empiezan a elaborar piezas que a menudo están intrínsecamente relacionadas con el arte, como forma de expresión. Pero que no tienen un único autor, sino que son piezas colectivas realizadas a dos, cuatro, ocho, diez y más manos.
Todos tienen en común el mismo objetivo. Visibilizar lo invisible a los ojos y utilizar los tejidos, lanas, hilos y demás accesorios costuriles, como un medio de expresión.


Hasta la Semana que viene…

9 comentarios:

  1. Me ha encantado Jota,eres un pozo lleno de sabiduría. Me gustaría poder conocerte y tener unas amigables charlas contigo, para enriquecerme culturalmente. Un abrazo

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  2. Es la primera vez que entro y no será la última me ha enganchado el escrito y que bien expresado
    Enhorabuena

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  3. Que bonita e interesante historia, que demuestra que hay muchas maneras de luchar por nuestros derechos

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  4. Uffff es maravilloso todo lo que aprendo cada domingo contigo. Cultura y sabiduría en vena. un abrazo y a seguir asi��������

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  5. Muy bonita la lección de hoy, un beso

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  6. Muchas gracias por todo lo que nos enseñas. Es muy interesante. Un beso

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  7. Interesante y muy ilustrativo me encanta👏👏👏

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